Parece que en sólo unos años eso de ligar por internet se ha quedado anticuado. El flirteo cibernético, un modo directo y cómodo de relacionarse, es ya cosa del pasado si lo comparamos con lo último que nos proponen desde tierras norteamericanas. Se trata de un análisis del ADN a través de la saliva que, convenientemente introducido en una base de datos, te indica cuál puede ser tu pareja perfecta. Olor y peculiaridades físicas determinan, según los promotores de este servicio, la unión de dos medias naranjas. Dudo que el sistema pueda tener en cuenta detalles tales como si a la pareja que te proponen le huelen los pies, ronca, habla de una forma determinada o le apasionan cierto tipo de cosas. Los responsables de Scientific Match deberían devolverte los casi 1.000 euros que cuesta el servicio si, por muy compatible que sea tu ADN, la otra parte carece de interés como persona. Con la tertulia acompañada de un café jamás podrá la tecnología más avanzada.
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